Este año la gripe en España no ha provocado grandes incidencias sanitarias. Hasta ahora. Con la llegada del 2016 parece que el virus ha salido de su letargo. En este principio de enero se ha registrado un repunte de las consultas por gripe en nuestro país.
Como ya es tradicional en España, con la llegada del otoño llega la campaña de vacunación contra la gripe. Dirigida especialmente a grupos de riesgo como ancianos, embarazadas o enfermos crónicos, esta vacuna tiene como objetivo prevenir las complicaciones asociadas al virus de la gripe. Tras las incidencias registradas a finales de 2015 (recordemos la retirada de numerosos lotes fabricados por Novartis Italia), la campaña actual ha quedado un tanto diluida. La desconfianza general ha provocado que muchas personas que hayan decidido suspender su vacunación.
El problema de la confusión generada alrededor de la calidad de las vacunas dispensadas puede provocar ahora un aumento notable de los enfermos de gripe. En las primeras semanas de este mes de enero se han registrado ligeros repuntes en diversas zonas de España. La Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica del Instituto de Salud Carlos III admite, sin embargo, que la tasa de casos observados sigue siendo baja, sin revestir mayor gravedad.
Asturias es la comunidad autónoma más afectada por la gripe estacional, con 149,7 casos por 100.000 habitantes, frente a Baleares, donde el registro incluye tan solo 4,7 enfermos por 100.000 habitantes. Los más afectados son los mayores de 15 años, sin que por el momento se haya registrado ninguna muerte por un brote severo de gripe. Se asocia la incidencia de esta enfermedad a la circulación del virus de la gripe B en Asturias, Cataluña, La Rioja y Andalucía; en Aragón, Ceuta, País Vasco y Navarra se trataría sobre todo del virus A.